Editorial: Hospital Metropolitano
ISSN (impreso) 1390-2989 - ISSN (electrónico)2737-6303
Edición: Vol. 29 Nº 2 (2021) Abril - Junio
DOI: https://doi.org/10.47464/MetroCiencia/vol29/2/2021/7-8
URL: https://revistametrociencia.com.ec/index.php/revista/article/view/167
Pág: 7-8
A inicios de 2019, el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, designó el año 2020 como el año de la Enfermería, en coincidencia con el aniversario del nacimiento de Florence Nightingale (1820–1910), precursora de la Enfermería profesional moderna y creadora del primer modelo conceptual de la profesión, basado en la relación del paciente con su entorno, la relación de la enfermera con el paciente, y la relación de la enfermera con el entorno del paciente.
Mientras se planificaban algunas celebraciones internacionales y nacionales de diversas organizaciones, un 10 de marzo de 2020, la OMS declara el brote de una enfermedad nueva y agresiva causada por un coronavirus, que alcanzó rápidamente la magnitud de una pandemia, y que, a la fecha, ha dejado más de 3 millones y medio de fallecidos.
Hemos sido testigos de los efectos inimaginables de esta pandemia en el mundo y en nuestro entorno: colapso sanitario, estrictas cuarentenas, restricciones severas a la movilidad, trastornos emocionales de diversa naturaleza, entre otros; y, en los hospitales, personas graves con una patología desconocida, distanciadas de sus familias, literalmente muriendo solos. Entre tanto dolor y tanta soledad, las enfermeras y enfermos, han tenido un rol protagónico en la reorganización de los cuidados y atención de salud, coordinando una infinidad de capacitaciones para todos los integrantes del equipo, reorganizando y flexibilizando roles, jornadas laborales, asumiendo otras especialidades diferentes a las propias. Los equipos de Enfermería han sido capaces de sobreponerse al cansancio, al dolor, a la frustración y al miedo de no poder dar una respuesta urgente, rápida y efectiva, y lo han hecho superándose a sí mismos, a sus propias pérdidas y miedos, por entrega a los otros y por la conexión profunda a su vocación y a su sentido de la vida. Han sido el enlace entre pacientes y familias, y entre médicos y familias, procurando el mayor bienestar posible para cada uno de sus pacientes, con la profunda esperanza de que puedan recuperarse y volver a sus hogares con sus familias.
Efectivamente, hay más cansancio, pero también hay más desafíos y aprendizajes. Hoy vemos que lo más importante son las personas que conforman los equipos y que su cuidado debe ser una de las principales preocupaciones de las organizaciones. El desarrollo de aspectos como liderazgo colaborativo, comunicación efectiva, sensibilidad y empatía, son centrales para el establecimiento de un desempeño exitoso en el cuidado de los pacientes y del personal de salud, para poder enfrentar el desgaste, el cansancio, la muerte, la incertidumbre y los duelos personales.
Las Enfermeras y Enfermeros han continuado con el legado de Florence Nightingale, aportando con conocimiento, experiencia y competencia en el enfrentamiento de los desafíos sanitarios que se nos presentan y que continuamos viviendo.
“Las enfermeras y los enfermeros son una voz para liderar y una visión de futuro para la atención de salud".
Consejo Internacional de Enfermería, 2021
Olga Garrido Villablanca
https://orcid.org/0000-0002-7405-7339
Enfermera Jefe del Área Materno Neonata
Hospital Clínico
Pontificia Universidad Católica de Chile
Santiago – Chile
Garrido O. La enfermería como elemento fundamental en la atención de la salud. A propósito del día mundial de las enfermeras y enfermeros. Metro Ciencia [Internet]. 29 de abril de 2021; 29(2):7-8.https://doi.org/10.47464/MetroCiencia/vol29/2/2021/7-8