importante herramienta para aprender y enseñar en Ciencias de la Salud
Clinical Reasoning: an important tool for learning and teaching in Health Sciences
Recibido: 28-04-2022
Aceptado: 03-05-2022
Publicado: 30-06-2022
DOI: https://doi.org/10.47464/MetroCiencia/vol30/2/2022/3-6
Revista MetroCiencia
Volumen 30, Número 2, 2022
Editorial Hospital Metropolitano
El razonamiento clínico es la habilidad para identificar y analizar una serie de datos semiológicos y analíticos del paciente para asignar, con la mayor seguridad posible, una categorización diagnóstica y desarrollar una estrategia terapéutica pertinente1. El razonamiento clínico refleja, entonces, el proceso de pensamiento y análisis que usa el profesional para resolver y manejar un problema clínico2. Por ello, el razonamiento se considera el pilar fundamental de la práctica clínica, siendo un determinante principal de la evaluación de la competencia profesional por parte de los organismos internacionales de acreditación3-5.
Existen algunas teorías que nos permiten conocer cómo el razonamiento clínico influye en la práctica asistencial, en el aprendizaje y en la enseñanza6. De acuerdo a la teoría del conocimiento, un buen razonamiento clínico requiere una amplia base de conceptos de fisiopatología, epidemiología y clínica. Con esta base, el conocimiento puede organizarse para conformar robustas representaciones mentales de síndromes o enfermedades (el denominado prototipo), permitiendo interconectar, siempre con la flexibilidad suficiente, todos los conocimientos, para desarrollar un guion o esquema mental de cada enfermedad (el script médico).
De acuerdo con la teoría de los procesos cognitivos, el buen razonamiento clínico requiere la habilidad de identificar datos relevantes de la anamnesis, examen físico, laboratorio e imagen, para interpretar esta información y generar una hipótesis (modelo hipotético-deductivo). Así mismo, se requiere una habilidad para coordinar procesos analíticos y no-analíticos con el propósito de resolver problemas clínicos (modelo del procesamiento dual), y la habilidad para contextualizar el escenario clínico, el paciente, el ambiente que rodea al paciente, y el médico (modelo situacional). Cuando el análisis incluye los procesos metacognitivos, el buen razonamiento clínico consiste en la habilidad para monitorizar y detectar sesgos o errores, y corregirlos para minimizar su efecto. También se incluye la habilidad del profesional para reexaminar, reevaluar, reconsiderar y reflexionar sobre su propio razonamiento con el propósito de justificar el diagnóstico y mejorar el desempeño futuro (práctica reflexiva).
Lo anterior puede aplicarse al proceso de enseñanza y aprendizaje con las siguientes herramientas destinadas a optimizar y desarrollar el razonamiento clínico1:
Es precisamente en este último punto en el que Metro Ciencia intenta generar un impacto favorable en los profesionales de la salud, ofreciendo material de la mayor calidad posible en cuanto a la evidencia científica. El análisis de ésta debe ser razonado y, por supuesto, su aplicación en la práctica asistencial diaria permitirá desarrollar un buen razonamiento clínico.