Carta al editor
Is the teaching of clinical nutrition in Ecuador sufficient to address our reality?
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Recibido: 10-05-2024
Aceptado: 10-07-2024
Publicado: 15-09-2024
DOI: 10.47464/MetroCiencia/vol32/3/2024/74-76
*Correspondencia autor: genetica_medica@cesarpazymino.com
Sr. Editor:
El reciente artículo editorial publicado en la revista Metro Ciencia1 aborda una preocupación crítica sobre la suficiencia de la enseñanza de la nutrición clínica en Ecuador, en particular frente a la alarmante prevalencia de desnutrición crónica infantil revelada por la Encuesta Nacional sobre Desnutrición Infantil (ENDI). Es preocupante que, a pesar de los esfuerzos por medir y mitigar la desnutrición en el país, los conocimientos sobre nutrición entre los profesionales de la salud siguen siendo insuficientes
Desde 1986, varias encuestas han evaluado la situación nutricional de los niños menores de cinco años en Ecuador. Sin embargo, la ENDI de 2023 es la primera en centrarse exclusivamente en la desnutrición y sus determinantes. Los resultados son alarmantes: la desnutrición crónica afecta al 17,5% de los niños menores de cinco años y al 20,1% de los menores de dos años, siendo más prevalente en las áreas rurales de la Sierra. Estos datos son consistentes con las estadísticas previas, que ya mostraban una prevalencia preocupante de desnutrición infantil, sin mejoras significativas en las últimas dos décadas.
La pregunta central del artículo es cómo la academia está preparando a los profesionales para enfrentar esta realidad. Aunque la nutrición clínica es fundamental en la pediatría, muchos profesionales de la salud en Ecuador y en otros países reportan que su formación en este campo es deficiente.
La Sociedad Europea de Nutrición Clínica y Metabolismo (ESPEN) ha revelado que, aunque la mayoría de las universidades ofrecen algún nivel de formación en nutrición clínica, la cantidad de horas dedicadas a esta materia es insuficiente. De las universidades encuestadas, el 72,5% dedica solo ocho horas o menos a la enseñanza de la nutrición, lo cual es claramente inadecuado dado el impacto de la nutrición en la salud infantil.
Este déficit en la formación es aún más preocupante cuando se considera que las escuelas de medicina en Ecuador también reflejan esta tendencia. En algunas universidades privadas, se destinan solo 48 horas a la enseñanza de la nutrición durante el verano, mientras que en programas de posgrado en pediatría, el tiempo dedicado a la nutrición es aún menor. Esta situación no es exclusiva de Ecuador; estudios realizados en Estados Unidos y Canadá muestran que incluso en programas avanzados de subespecialización en cuidados intensivos pediátricos, solo se dedican cinco horas por año académico a la nutrición.
El impacto de mejorar la enseñanza de la nutrición clínica en Ecuador se reflejará no solo en la salud de los pacientes, sino también en la capacidad del sistema de salud para responder a los desafíos nutricionales del país. A medida que los médicos adquieran una mejor formación en nutrición, estarán más capacitados para identificar y tratar casos de desnutrición y otras patologías relacionadas con la alimentación, como la obesidad y las enfermedades metabólicas.
Una formación adecuada en nutrición también permitirá a los médicos desempeñar un papel más activo en la promoción de la salud pública. Podrán educar a las familias sobre la importancia de una alimentación balanceada, contribuir al diseño e implementación de políticas nutricionales y participar en campañas de concienciación sobre la desnutrición y la obesidad. Este enfoque preventivo es esencial para abordar los problemas de salud a nivel comunitario y reducir la carga de enfermedades relacionadas con la nutrición en el sistema de salud.
Los resultados de la ENDI y el análisis de la formación en nutrición clínica en Ecuador subrayan la urgente necesidad de fortalecer esta área en la educación médica. La enseñanza de la nutrición debe ser una prioridad, no solo por su relevancia en la prevención y tratamiento de la desnutrición infantil, sino también por su impacto en la salud general de la población. Frente a la situación descrita, es esencial proponer estrategias para mejorar la enseñanza de la nutrición clínica en Ecuador. Primero, es crucial aumentar las horas dedicadas a esta disciplina en los currículos de medicina y programas de posgrado. La nutrición clínica debe ser considerada una materia central y obligatoria en la formación de todos los médicos, especialmente aquellos que se especializan en pediatría, gastroenterología y cuidados intensivos.
Además, se debe fomentar la integración de temas de nutrición en otros módulos clínicos. Es fundamental que los estudiantes y residentes de medicina reciban una formación transversal en nutrición que abarque todas las especialidades relevantes. Por ejemplo, en pediatría, la discusión sobre la importancia de la nutrición debe estar presente en las rotaciones clínicas y en las visitas de pase diario. Este enfoque asegurará que los futuros médicos desarrollen una comprensión profunda y práctica de cómo la nutrición influye en la salud de sus pacientes.
Es igualmente importante desarrollar recursos educativos y materiales didácticos actualizados sobre nutrición clínica. La creación de manuales, guías de práctica clínica y plataformas de aprendizaje en línea puede facilitar el acceso a la información más reciente y relevante sobre nutrición. Además, se deben incentivar las investigaciones en este campo, lo que permitirá a los estudiantes y profesionales estar al tanto de los avances científicos y de las mejores prácticas en nutrición.
Es necesario promover una cultura de aprendizaje continuo en nutrición clínica entre los profesionales de la salud. Los médicos deben estar motivados para actualizar sus conocimientos de manera regular, asistiendo a congresos, participando en cursos de educación continua y manteniéndose al día con la literatura científica. Esta cultura de aprendizaje garantizará que los profesionales de la salud estén siempre preparados para ofrecer el mejor cuidado nutricional a sus pacientes. Igualmente importante que se realicen evaluaciones periódicas de los programas educativos en nutrición clínica.
Estas evaluaciones deben incluir la retroalimentación de los estudiantes, la revisión de los contenidos curriculares y el análisis de los resultados en términos de competencias adquiridas. A partir de estas evaluaciones, las universidades y las instituciones de salud podrán ajustar y mejorar continuamente la enseñanza de la nutrición clínica, asegurando que se mantenga relevante y efectiva.
En conclusión, la mejora de la enseñanza de la nutrición clínica en Ecuador es un paso fundamental para enfrentar los desafíos de salud pública relacionados con la nutrición. Con una formación más sólida y un enfoque integral, los médicos podrán contribuir de manera significativa a la prevención y tratamiento de la desnutrición y otras patologías nutricionales, mejorando así la calidad de vida de la población ecuatoriana.